Dos cortos formidables

La producción, tanto publicitaria como de experimentación, en el cine, se formula, ininterrumpidamente, los desafíos propios de la naturaleza de ese arte. En definitiva, con esa capacidad que en manos de un cineasta -director, compaginador, musicalizador, en fin, fruto de la amalgama de un equipo- pueden alcanzar en el punto de la sorpresa. El de la vuelta de rosca en el instante preciso. De hacer la trama 180°. El de "pegar" al espectador. Sacudirlo. Más que aletargarlo con técnicas. Es lo que perdura a través de los tiempos, y el cine es uno de los testimonios más completos de cómo contar una historia y que resulte completamente creíble. Como fue la ópera en el novecento. Una conjunción de imagen, texto, música, actuación, movimiento.

En nuestra consideración el cine, es el arte heredero de la ópera, en su integración con las más distintas disciplinas ordenadas para un fin común. En base a un equipo dispuesto para un fin y de un reggiseur con claridad de lo que pretenda.

Suelo enseñar a  enfrentar diferentes dilemas. Construir una historia, vinculada a las actividades, recurriendo a un tema musical, a una situación de la vida cotidiana, de un sueño o de una peripecia, como así a una imagen de secuencia de película. Surgían las más interesantes expresiones fruto de las propuestas de improvisación, por parte de los estudiantes, tanto en imagenes, sonido o texto.

El corto a continuación es de Mathieu Ratthe, cineasta canadiense que, en el 2008, realizó este sobresaliente film. El mismo ha sido presentado en varios encuentros y festivales de cine y suele ser tenido en cuenta como alentador camino de emulación.

Este, que le sigue, en cambio, es reciente y forma parte del campo publicitario y de experimentación. Ambos son sobresalientes. Quienes reciban via mail deberán ingresar al blog, cliqueando en el título para acceder a los mismos. Que los disfruten. Recomendamos, en lo posible, abrir el link a pantalla completa.