jueves, 1 de marzo de 2012

Inauguración del 130° Período de Sesiones del Congreso de la Nación


Acaba de finalizar el discurso de apertura del Período Ordinario de Sesiones del Congreso Nacional, por parte de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Acceder a la versión completa.  El del primer año, o el nuevo período, en ejercicio del Poder Ejecutivo. El tercero de la era kirchnerista. Con el que ingresamos en una experiencia única en la historia política del país. Que es el de quebrar el "maleficio" de los terceros tiempos.

Se hace complejo retrotraer, luego de tres horas y media de disertación, un detallado análisis del discurso. Quedan, en primera fila de la memoria, frases, conceptos, ideas, recuerdos, opiniones, ratificaciones, análisis de una sucesión de temas que conforman la sensación general que ha dejado la exposición de la compañera.

Indudable primus inter pares provoca una inevitable comparación, natural, entre sus iguales, tanto propios como ajenos. Estar en presencia de una figura política cuya solidez argumentativa y de una formación orientada y privilegiada para la función política. La convierte en esas personas que, más allá de lo que se comparta o no, nadie puede negar que el país se halla gobernado, en la figura presidencial, con una política de raza. De estirpe. Nutrida de los avatares de su época y de la historia de las expresiones nacionales y populares. Partícipe, desde su juventud de los hechos y sucesos de la política nacional. De quien traspasó las frustraciones y la desolación de los momentos más duros y sangrientos. Que aprendió, y supo reconstruir, un modelo de gobernabilidad, junto a Néstor Kirchner, de formidable potencia transformadora. 

La larga disertación que se impuso realizar le permitió hacer una rendición de cuentas de lo llevado a cabo en el ejercicio del Ejecutivo,  en el último año. Como así enunciar una serie de frentes de atención en el esquema de "vamos por todo... pero paso a paso". Podríamos decir, tal como lo ejemplificó en varios tramos del discurso.

Las menciones a las rentas financieras y a la explotación minera por caso, delinean rumbos de correcciones imprescindibles y urgentes en áreas que persisten en esquemas neoliberales. Como un comandante en operaciones prefiguró -eso es parte de lo obligatorio que establece la Constitución del discurso presidencial de apertura de sesiones- las actividades deudoras de transformación y que, por tanto, afectan a hacer más virtuoso el modelo de gestión, en sus aspectos más esenciales.

Más allá de rasgos del ejercicio democrático que pueden ser objetados, la presidenta mostró, en todo su alcance, el esquema de gobierno dominantemente personalista que la Constitución no objeta. Todos los comportamientos conllevan una carga de fortalezas y debilidades. El ejercicio del poder es ejercido sin cortapisas. En uso pleno de atribuciones y derechos, sin victimización, ni esconderse detrás de un árbol. De pleno liderazgo. Podrá adherirse plenamente, en parte u oponerse en otras, pero no podrá negarse en reconocerle que la domina un indoblegable sentimiento de fidelidad a los valores constitutivos de una personalidad moldeada en noble madera.

Ha habido errores y hasta fracasos. Nocivo no es que lo halla. Lo nocivo hubiera sido el de persistir tozudamente en ellos. Y cuando ha ocurrido se dieron muestras de tomar las señales del cambio de rumbo. De manera nada espectacular, sin volantazos, pero perceptible de lo modificado. En este sentido creemos que el plazo de quince días para actuar, conforme al peritaje ante la tragedia de Once, más allá de la incidencia técnica y jurídica, en términos políticos, pareciera el rearmar un modelo que se ha visto cuestionado con más de cincuenta muertos. Que, como hemos dicho, era posible de evitarse. La cuestión del transporte es un tema para hincar el diente.

Coincidimos con su señalamiento de lo devastador del Plan Larkin, sustitutivo de ferrocarriles por automóviles cuyas plantas extranjeras comenzaron a instalarse fuertemente a comienzos de los '60. Pero si diéramos vuelta el guante a lo que señaló sobre precios, costos, inversiones en redes viales, hace impostergable atender, entonces, estratégicamente la calidad de la red ferroviaria. Tanto de transporte de usuarios como de mercaderías. Ir a un plan nacional de accesos y medios que reconfigure el modelo colonial inglés axial de todo a la ciudad-puerto.

Tampoco debiera pasarse por alto lo señalado ante la cuestión Malvinas. Invitó a la oposición a que la acompañen en su presentación anticolonial. Como el asumir los vuelos desde Buenos Aires a las Islas, tres veces por semana. Indudable consideración a los habitantes con el consecuente inevitable resultado de atención de salud, abastecimiento, trámites y gestiones, comunicaciones que demanda toda comunidad. Es un indicio, nos parece, nada menor. Y que alentamos.

Estas notas las íbamos a titular: "per secula seculorum". Frase en latín que expresa: por los siglos de los siglos. Es como si se pretendiese clonar una expresión humana para que traspase los tiempos como una manera de garantizar un proceso. Fue una expresión que nació en el transcurrir de la exposición. Pero vale aclarar que no creemos en ella. Estamos convencidos en disponer en plenitud de todos los mecanismos constitucionales para el ejercicio democrático del gobierno. Y que la actual norma madre establece una sola reelección. Respaldamos la reforma constitucional no para establecer las reelecciones indefinidas. La respaldamos para darle categoría de norma fundamental al modelo de país que se lleva adelante.

Dos cosas. Una, desconocemos la codificación unificada que mencionó la presidenta y que llevan a cabo miembros de la Corte Suprema de Justicia. Garantía, además, de imparcialidad. Donde -según señaló- arribarán muchas de las modificaciones que se han venido produciendo en la sociedad, tanto de personas físicas como jurídicas. Aplaudimos completamente esta iniciativa, como todas aquellas orientadas a plantar la vigencia de una Argentina solidaria y democrática.

La otra, en cuanto a la reforma constitucional para una re reelección, ha dado señales de respetar lo establecido constitucionalmente. Más allá del enorme esfuerzo personal que le implica asumir a pleno las facultades ejecutivas del país. No nos pareciera que debiera de dejar de tenerse en cuenta su comentario de quien venga a este Parlamento, en ejercicio de la presidencia, en el 2015... como un metamensaje de "mandato cumplido".

Estoy escuchando opiniones de la oposición sobre el discurso presidencial. Y viendo los titulares de los medios. Es natural que tengan que poner la cara ante semejante pieza oratoria. Perfectible. Opinable. Cuestionable. Pero, jamás, desatendible.

Espera un año duro. Para hamacarse, tanto la oposición como el gobierno. Habrá, como siempre, conflictos, peleas, discusiones, coincidencias, logros, nuevas esperanzas, realizaciones. De todo, como en botica. También hay certezas. Una de ellas es que la conducción del timón de la República está en sobresalientes manos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario