Algunos
de los estudiantes pertenecían al profesorado "Mariano Acosta".
El
fallo del Tribunal Oral Federal 1 de San Martín además dispuso su inmediata
detención y traslado a una cárcel común.
Las
penas recayeron sobre los comisarios inspectores retirados Roberto Bustos,
condenado a 19 años y Jorge Bianchero, a 9 años, ambos de 78 años, quienes
habían llegado al juicio en libertad, ya que nunca estuvieron detenidos porque
habían sido procesados pero sin prisión preventiva.
Bustos
era el jefe de la división Informaciones de la delegación San Martín en la
dictadura, y Bianchero era el titular de la seccional Villa Lynch de ese partido
bonaerense.
El
Tribunal ordenó su inmediata detención y traslado a la unidad 22 del Servicio
Penitenciario para cumplir la pena en cárcel común y además dispuso que se
inicie una investigación contra Bustos en el juzgado federal 2 de San Martín,
para determinar si también puede ser acusado de homicidio por la suerte corrida
por los seis secuestrados, al hacer lugar a un pedido del fiscal Marcelo García
Berro en base a los dichos públicos del ex dictador Jorge Rafael Videla, sobre
el destino de las víctimas de la represión ilegal.
Los
jueces Lucila Larrandart, Héctor Sagretti y Daniel Petrone entendieron por
unanimidad que los hechos juzgados se encuadran como delitos de lesa humanidad,
imprescriptibles, y que la justicia de primera instancia debe además iniciar
causas para determinar si hubo más responsables en lo ocurrido en mayo de 1979,
como el entonces jefe de la Unidad Regional San Martín y el de la dirección de
Inteligencia de la Policía Bonaerense.
El
fallo fue recibido con aplausos por familiares de las víctimas que seguían la
audiencia en la sede del tribunal, en la localidad bonaerense de Olivos, y luego
se nombró a cada uno de los desaparecidos en ese secuestro ilegal al grito de
"presente".
Los
dos acusados salieron de la sala de audiencias directo a su lugar de detención,
mientras que por la mañana Bustos había dicho sus últimas palabras -aún en
libertad- y después junto a su consorte de causa esperó en el jardín delantero
del edificio tribunalicio la hora del veredicto.
"Nosotros
éramos simples informantes, sólo se hacían informes de inteligencia, nunca
hicimos operaciones y nosotros también la pasamos mal en esa época, tuvimos que
ponernos muy rígidos con nuestros vecinos. Mis manos están limpias", dijo a los
jueces el ahora condenado, quien se apoya en un bastón y pidió que se le conceda
arresto domiciliario por su estado de salud, algo que tendrá que decidir la
Justicia.
En
la sala estuvo, además de otros familiares de las víctimas, León Sznaider, un
anciano padre de Jorge Sznaider, uno de los estudiantes del profesorado del
colegio porteño "Mariano Acosta" que formaba parte del grupo secuestrado.
El
público lo aplaudió vivando su nombre, ya que fue él quien junto al abogado
Pablo Llonto denunció a Bustos, hizo abrir la causa y fue siempre
querellante.
La
sentencia se conoció al término de un juicio iniciado el 9 de mayo pasado, y
durante el cual se juzgó lo ocurrido la noche del sábado 12 de mayo de 1979,
cuando un grupo de tareas irrumpió en un departamento de Ecuador 323, en la
ciudad de Buenos Aires, y secuestró a seis personas, todos compañeros de un
taller literario y tres de ellos alumnos del Mariano Acosta.
Las
víctimas fueron Norma Beitone, Jorge Sznaider, Jorge Pérez Brancatto, Hugo
Malozowski -los tres estudiantes del Mariano Acosta- y los escritores Mirta y
Carlos Pérez.
El
viernes previo Beitone había sido secuestrada al salir de su trabajo en una
perfumería del barrio de Almagro, y al día siguiente se hizo el operativo en el
departamento para privar de su libertad a los demás, quienes tenían planificada
una cena a la cual estaba invitada la joven secuestrada poco antes.
Sznaider
tenía 19 años y estudiaba profesorado de historia en el Mariano Acosta, junto a
otras dos víctimas: Malozowski y Pérez Brancato, a raíz de lo cual siempre se
aludió a ellos como "el grupo del Mariano Acosta".
Dos
días antes de los secuestros, la policía de Villa Lynch -subordinada al
Ejército- había detenido ilegalmente a un hermano de Beitone y a un amigo en un
departamento en esa localidad donde secuestraron libros, uno de los cuales
pertenecía a Sznaider. Ambos fueron liberados tras ser interrogados sobre
quienes luego fueron las víctimas del operativo ilegal.
En
el juicio actuaron como querellantes Llonto por la familia Sznaider, la
Secretaría de Derechos Humanos de la Nación representada por Ciro Annichiarico y
el colectivo "Justicia Ya" con el abogado Pablo Piatigorsky.
Fuente: Telam, 31 de mayo de 2012